Miércoles, 08 Abril 2020 10:16

De la mano de María, en tierras de San Pedro Julián Eymard

Somos un matrimonio de laicos sacramentinos. Hicimos nuestras promesas en el año 2014, el 12 de diciembre, día de Ntra. Sra. De Guadalupe. Hace unas semanas hemos visitado algunos lugares significativos para nuestra Asociación. Nuestro director, P. Andrés Taborda, nos animó a compartir nuestra experiencia y relatar un pequeño testimonio.

Hemos viajado siempre como peregrinos, acompañados del Señor que nos concede esa Gracia. Y la guía ha sido siempre su Madre, María. Con ella cada lugar, cada trayecto, cada persona se han resumido en agradecimiento y alabanza. Ella nos ha llevado a la casa de nuestro santo fundador en Francia. Él fue nuestro “anfitrión”. Ha sido una experiencia gozosa: un amigo querido, de toda la vida, insistió en alojarnos en su casa.

P. Eymard nos ha llamado, nos ha recibido y nos ha alojado en su casa. Nos ha contado sobre él, su vida, su pueblo, su familia y en especial sobre su espiritualidad eucarística. Porque ella atraviesa cada lugar, cada relato, cada rincón de La Mure, su Villa natal. Nos ha presentado a su comunidad, adoradora del Smo. Sacramento. Con quienes compartimos la Eucaristía, hermanos laicos y consagrados. Hemos descubierto las señales de Jesús Sacramentado en los rostros fraternos de Padre Antoine, Padre Tadeo, Padre Nino, y laicos sacramentinos de La Mure.

Se sumó a la alegría, el encuentro con el P. Superior General Eugenio Barbosa Martins, que visitaba la comunidad. Él nos acogió en medio de sus ocupaciones con su disponibilidad y delicadeza. Compartimos con él nuestra realidad, le acercamos, por así decirlo, a la familia y también a la comunidad de laicos sacramentinos de Rosario - Argentina.

¡Cuánto nos animó este encuentro fraterno! El corazón se colmó con la esperanza de volver a vernos pronto.

SSS Inter 287e 5La Mure - Escribíamos en el diario de viaje, sobre La Mure: “…un pueblo conservado en casas y calles como antaño…”. La capilla junto al Cementerio, guarda celosamente el paso del Santo Fundador: la pila bautismal, las imágenes de su infancia en los ‘vitraux’. ¡Fue como llegar a “casa”!
La casa - El acogedor edificio encierra la historia de una vida ejemplar: el aroma del desayuno francés por la mañana, el frío del otoño, la nieve, la brisa de los Alpes al abrir las ventanas, la biblioteca poblada de libros, lugar donde antaño P. Eymard trabajaba con su padre. El cuarto tan sencillo y austero, nos hablaba de aquellos últimos momentos de agonía de P. Eymard. Junto a su cama, el Sagrario custodiaba el Smo., ante quien se inclina el peregrino. Rezamos allí, nos encomendamos a su protección y rogamos por toda la Comunidad Sacramentina. Recorrimos la Villa. Cada lugar histórico nos remontaba siglos atrás. Llegamos al pie del camino que nos llevó al monte del Calvario donde P. Eymard iba a rezar.
La Salette - ¡Cómo no llegarnos hasta el santuario de Ntra. Señora! Tanta belleza en medio de la nevada matinal. Seguramente se inspiraría el Santo al recogerse ante aquella obra del Creador. La capilla del Smo. Lleva el nombre de San Pedro Julián. ¡Tiempo de adoración! Todo invitaba a la oración y nos dejamos abrigar por el Smo. ¡Gracias Señor por tu compañía!

Monteynard - Primera parroquia a cargo de P. Eymard. Enclavada en lo alto de la montaña. Recorrimos el paisaje tratando de verlo con aquellos ojos que soñaban la Congregación del Smo. Sacramento.

Lyon - Basílica de Notre Dame de Fourvière en el corazón de Lyon. Imponente. Desde allí se contempla toda la ciudad. En ella está María presente en cada rincón. Ella también allí, habló al P. Eymard. Quedó sellado su paso por aquel lugar donde recibió la misión de fundar la Congregación. Capilla del Smo. Sacramento en Basílica de Lyon. Allí está la placa que recuerda a San Pedro Julián.

Lo que falta “conocer…”

¡Tantos queridos lugares! Y nos faltan aún recorrer otros, tal vez en otro viaje… Damos gracias a Dios por haber estado allí y haber celebrado la Eucaristía en cada lugar. Sin embargo P. Eymard nos invita a pedir la Gracia de “conocer” a Jesús, para amarlo sin desfallecer. Él es la fuente de Amor para amar a los hermanos, aquellos con quienes a diario compartimos nuestra vida. En la oración nos ha parecido entender que el tiempo invertido en la adoración eucarística, la lectura de la Palabra es sumamente valioso. No nos ahorremos nada que nos lleve a conocer a Jesús.

P. Eymard sigue convocando

La presencia de P. Eymard no se reduce a un país. Como Santo, él mismo es un “mensaje” universal. Desde La Mure y para el mundo, la invitación es la misma: ¡Feliz el alma que sabe encontrar en la Eucaristía a Jesús y todas las cosas! SPJE (Obras Eucarísticas). San Pedro Julián está vivo entre nosotros, su memoria nos anima a seguir a Jesús sacramentado, junto a la comunidad Sacramentina unida mundialmente por el Espíritu. Él nos invita a vivir plenamente la pasión eucarística y a repetir su experiencia. Nos apremia con su testimonio de hospitalidad y acogida y, nos convoca a la oración permanente, perseverante, en especial ante el Smo. Sacramento. En cada templo o capilla busquemos al “Dueño de casa”. Él tiene un lugar reservado y preparado, donde siempre nos espera. “Hasta que no tengamos por la Eucaristía una pasión de amor, no habremos hecho nada por Dios […] Tened una pasión eucarística. Amad como una persona ama apasionadamente a otra.” (PR 124, OC XIV).

7 de enero de 2020

Patricia Constantini

Sergio Campisi