Qué solicitaban los tres religiosos S.S.S (Juan Echevarría, José Miguel Larrañaga, Luis Otaegui) que querían venirse a Colombia?

• Vivir una experiencia de inserción entre los pobres, más pobres.
• Y vivir en una comunidad religiosa SSS al máximo homogénea.

El religioso invitado a vivir la experiencia, había participado como misionero en la preparación del Congreso Eucarístico Internacional llevado a cabo en la ciudad de Bogotá el año 1968. Conocedor pues de la problemática de muchas poblaciones que había recorrido, pensó en la ciudad de Cali. Ciudad que en cosa de dos años había pasado de 200 a 800 mil habitantes.

Desechada la propuesta del Obispo de Cúcuta, se dirigió a Cali con los objetivos enunciados muy presentes, y con escaso dinero en el bolsillo. ¡A la aventura pues!

Sería un desagradecido si no dejara memoria aquí de las Religiosas Hermanas de la Santa Madre Laura (las Lauritas, como se conocen aquí), comunidad donde el misionero se había hospedado con ocasión de la misión del mencionado Congreso Eucarístico. Pues allí llegó nuevamente. Y nuevamente ellas fueron unas madres, no solo para ese religioso, para los SSS que en adelante por allí pasarían.

Está por demás decir que ese religioso estaba en constante comunicación con los interesados de España sobre lo que iba aconteciendo y las diligencias que venía haciendo.

Ya en Cali acudió a las oficinas de la Arquidiócesis, y el sacerdote que lo atendió resultó ser el Vicario de Pastoral de la misma, a quien presentó el motivo de su presencia allí: “4 religiosos sacramentinos queremos abrir una comunidad sacramentina en la Arquidiócesis”.

El sacerdote inmediatamente dijo: “Eso me rebasa. Tiene usted que hablar con el Sr. Arzobispo”. Hizo la consulta pertinente y el religioso fue citado para el día siguiente. El Arzobispo, Mons. Alberto Uribe Urdaneta, lo acogió muy amablemente, y el religioso le fue contando la razón de su presencia: “Somos 4 religiosos: 2 ordenados sacerdotes, y 2 religiosos de votos perpetuos, no sacerdotes todavía. Quienes informados de la carencia de clero en Cali queremos ayudar fundando una comunidad sacramentina en la Arquidiócesis”.

“Lo que pedimos es: nos ubique en el barrio más grande y más pobre de la ciudad. Y la condición que ponemos es que si llega un momento en el que no nos quisieran en la Arquidiócesis nos avisaran con un año de antelación. De igual modo nosotros, si algún día quisiéramos irnos, avisaríamos con un año de antelación. Le dijimos también que todo lo que llevemos a cabo en beneficio de la comunidad humana donde nos ubiquemos, construcciones, etc. quedará a beneficio de la Arquidiócesis.”

Escuchado lo anterior, dice el Arzobispo: “¡Qué curioso! Acaban de salir de aquí unos frailes pidiéndome el barrio más grande y más rico, y ustedes pidiendo el más grande y más pobre”.

Continuará…

Padre Lucinio Martin Herrero, sss
Colombia-Perú, NOTIBIP 85 - Octubre 2022