de p. Fiorenzo Salvi, sss
Por petición del padre Edgard Diémé, fui invitado a animar los Ejercicios anuales (9-13 de octubre de 2017) de los religiosos de la nueva Provincia, erigida por el XXXVº Capítulo General, y que en 2018 celebrará su primer Capítulo provincial. El tema que me había sido indicado era los cinco primeros números de la Regla de Vida, señal de una intención de ofrecer a esta nueva aventura el impulso de una puesta en común renovada de nuestra identidad y de nuestra misión. Nos alojamos en la casa de espiritualidad de las Hermanas del Sagrado Corazón, en Ngazobil (a unos 30 km de Popanguine), situada muy cerca del mar.
Las cinco jornadas han transcurrido cada una al ritmo de un número de la Regla de Vida, por la mañana con una meditación sobre el texto, y por la tarde con una profundización de los contenidos respectivos a la luz de algunos textos del padre Eymard. Como todos sabemos, los textos del primer capítulo son los pilares sobre los que se desarrolla todo el cuerpo de la Regla de Vida. Es bueno constatar la importancia de haber podido acercarse a esos textos juntos, en cuanto religiosos pertenecientes ahora a la Provincia más joven de la Congregación, y llamados a servir con valentía e impulso a esta Iglesia y a esta tierra, a partir de nuestro carisma.
La semana siguiente (16-20 de octubre) el padre Abraham, Maestro de Novicios, me había pedido que animara una Sesión en nuestro Noviciado interafricano “Le Cénacle”, en Koudiadiène. Los 11 novicios actualmente presentes han entrado desde hace poco en su segundo año de Noviciado y provienen del Congo Kinshasa (1), Uganda (2), Senegal (2), Congo-Brazzaville (6). Está previsto acoger, en el mes de noviembre, a los 5 novicios que empiezan su primer año. Juntos hemos recorrido los números 1-45 de la Regla de Vida para, a continuación, hacer una presentación sintética de la parte sobre la formación (RV 46-61) y sobre el gobierno (RV 62-100).
Los Novicios han manifestado un gran interés por conocer mejor la estructura, la dinámica, la actualidad y la fuerza de inspiración de nuestra Regla de Vida, el camino evangélico para aquellos que el Señor llama a seguir al padre Eymard. La única dificultad ha sido el calor que en esta estación (invierno) alcanza los 35-40 grados. Confiemos ahora al Espíritu el cuidado de fecundar la simiente.
Ese paso por el Senegal ha supuesto para mi la ocasión de celebrar los 25 años de profesión de tres hermanos a los que yo había acompañado en 1991-1992 como Maestro de Novicios, precisamente en ese mismo lugar donde hoy se sitúa el Noviciado Interafricano. Que el Señor les mantenga fieles y perseverantes en el don de sí mismos a Cristo y a la Iglesia.
