Monumento Cristo Rey en Cali

En el barrio El Rodeo, el sacerdote de la parroquia vecina, se desconoce cómo, había habilitado más que nada simbólicamente, y a título de posesión, en el contexto de un terreno invadido, un espacio de terreno, para construir allí un posible templo. Había colocados unos pocos ladrillos simulando un inicio de pared a escaso medio metro de altura como diciendo ¡ojo! que esto tiene dueño...

El religioso SSS, considerando que este podría ser el lugar donde podría desarrollarse el proyecto, se dedicó a conseguir un lugar donde viviría la naciente comunidad. Es así cómo, al día siguiente, todavía viviendo en el Convento de las Hnas Lauritas, el padre volvió al barrio decidido a conseguir una casita lo más cercana posible al mencionado lote en el que en el futuro podría ser construido el templo y la vivienda de la comunidad.

Y ahí mismo la consiguió, en arriendo, haciendo un cambalache con el que la habitaba, de modo que él iría a una vivienda que el padre había descubierto en otro sector del barrio, y los religiosos habitarían puro al frente de donde estaba ubicado el terreno hipotéticamente destinado para templo.

Llegados aquí, hay que tener en cuenta el historial del barrio en cuestión. El terreno había sido una Hacienda, perteneciente a una de las familias ricas de la región. Hacienda que,  de la noche a la mañana fue invadida por gente pobre llegada a la ciudad con una mano delante y otra atrás. El triunfo de los invasores no fue fácil. 17 fueron los intentos de invasión. La fuerza pública por un lado y los aviones de la cercana base aérea lanzando gases lacrimógenos por otra, los sacaba corriendo.

Con la muerte de una señora, de nombre Celmira Prado, triunfó la invasión. Mujer que pasó a ser exaltada como “heroína”. Pero no es del caso relatar aquí la historia de los avatares en los que se vieron envueltos nuestros feligreses.

Con la casa conseguida en arriendo, el religioso SSS acudió a los hermanos sacramentinos de la Comunidad de Popayán, convencido que en ellos encontraría la ayuda suficiente para el acondicionamiento de la vivienda, a la vez que para saludarlos, y contarles en lo que andaba. Le dieron un colchón y unas mantas y con ese ajuar el religioso regresó a Cali.

Continuará…

Padre Lucinio Martin Herrero, sss
Colombia-Perú, NOTIBIP 87 - Diciembre 2022