“Dios, acudo a ti con mi deseo de vivir. / Tú me conoces y sabes lo que me impulsa / y lo que es importante para mí. / Nada se te oculta. / Puedo presentarme ante ti con todo lo que me emociona. / Siento tanta vida en mí. / Estoy lleno de sueños e ideas. / Creo que tu Espíritu vive en mí y me sostiene. / ¿Estás tú mismo oculto en mi deseo?”

Tras llegar a Malmantile el domingo 6 de agosto, iniciamos el 36º Eurocamp con la invocación citada. Lo habíamos anunciado en el Boletín nº 318 del pasado 8 de marzo, en el que, indicando el tema y el lugar de celebración, os implicábamos informándoos al respecto y pidiéndoos que nos ayudarais a difundir la invitación a participar entre los jóvenes cercanos a las comunidades sacramentinas.

En primer lugar, quisiera intentar compartir con vosotros la emoción de sentirnos como en casa, en familia, en la comunidad sacramentina del Eremitorio de Lecceto. Esta reconfortante sensación nos hizo pensar -especialmente a los animadores- en todas las veces que una familia de religiosos ha elegido y aceptado acogernos y vivir con nosotros un trozo del maravilloso camino de la vida que Dios Padre nos ha regalado a cada uno de nosotros. Esta vez el calor del "hogar" fue aún más intenso gracias al servicio y a la presencia de un pequeño grupo de laicos de la Familia Eymardiana que, con sencillez, paciencia y dedicación, fueron para nosotros testigos de la Eucaristía vivida al servicio de sus hermanos y hermanas. Hacia ellos sentimos una profunda gratitud.

El hecho de ser un grupo reducido -además de los animadores, una veintena de jóvenes procedentes de Italia, Bélgica, Alemania y, en mayor número, de la República Checa- contribuyó sin duda a que la relación entre todos fuera más profunda y directa, así como a crear rápidamente lazos de afecto y cuidado mutuos. Escucharnos y compartir reflexiones, miedos, fatigas, alegrías, sueños y deseos fue espontáneo y natural, y nos llevó a descubrirnos "amados y deseados para siempre, para amar y desear para siempre": deseantes-deseados, destinatarios del inmenso amor de Dios Creador, Padre, Pastor y Esposo, que se nos manifiesta desde el Bautismo y que nos hace "hermanos y hermanas".

Como toda familia, hemos reconocido el deseo de reunirnos, al menos semanalmente, en la misma Casa, para un verdadero encuentro con Jesús Eucaristía, conscientes de que "Jesús mismo 'desea ardiente-mente' compartir la Pascua con sus discípulos para darse a sí mismo en pan y vino... y es un 'pecado' no estar a la altura de nuestro gran deseo porque, en el fondo, nosotros también somos Eucaristía..." (Robert Cheaib).

También conocimos un poco más a San Pedro Julián, quien con determinación realizó su deseo de poner su vida al servicio de Jesús-Eucaristía; particularmente conmovedoras y cercanas al camino del Eurocamp de este año son algunas de sus exhortaciones, entre ellas: "Tened pasión por la Eucaristía... La vida del hombre está toda en la pasión que lo domina... ¡Sed grandes en vuestros modos de ver, grandes en vuestros deseos, grandes en vuestro amor!"

Esperamos que los jóvenes que participaron hayan podido descubrir o profundizar en el deseo/plan de Dios para sus vidas; ¡nuestro deseo es seguir ofreciendo esta apasionante experiencia de espíritualidad eucarística a jóvenes de diversos países europeos!

en nombre del equipo del Eurocamp,
Daniela Baggi